PRESENTACIÓN

Es una alegría para mi, el poder introducirles a ustedes las glorias del brahmacarya. Brahmacarya es la vida de un estudiante célibe que recién comienza a comprender cual es la responsabilidad de haber nacido en un cuerpo humano. Generalmente se asocia la practica de brahmacarya con la vivencia en Gurukula, la escuela del Guru, o la vivencia en un ashram, bajo los estrictos principios de la vida monástica. En sinopsis se puede decir que brahmacari o brahmacarini es un hombre o una mujer estrictamente célibe que usa su tiempo para servir a su maestro espiritual, para servir a los Vedas y a toda la humanidad. El concepto brahmacari también tiene otras aplicaciones prácticas, por ejemplo, se usa el termino grihasta brahmacari para aquellas parejas que usan la vida sexual única y exclusivamente para invitar hijos a sus familias y al mismo tiempo son muy dedicados al servicio de los ideales espirituales. Swami BA. Paramadvaiti

viernes, 29 de mayo de 2009

La reducción de los deseos sexuales a través de la dieta.


Mencionaremos aquí algunos puntos prácticos que muestran cómo por cambiar algunos de nuestros hábitos y la manera de la que nosotros pensamos de nosotros mismos, la brahmacarya que parece ser imposible, se vuelve posible.
Es verdad que la demanda sexual es natural, pero el punto hasta el cual nosotros estamos absortos aceptándola como una gran prioridad en la vida, es antinatural.

Existen argumentos donde se afirma que la práctica sexual es una necesidad biológica, pero esto no es así, pues necesidades biológicas son aquellas que no podemos dejar, tales como comer, dormir y evacuar. No hay espacio para la práctica sexual durante la niñez o durante la vejez, pues la existencia de la demanda sexual solo cumple un ciclo en la vida de las diferentes especies.

Nosotros nos proclamamos a nosotros mismos “animales racionales”, pero es algo cuestionable realmente, qué tan racionales somos como animales cuando la práctica sexual fuera de la procreación parece ser nuestra forma de vida actual. Por supuesto, también hay animales que se ocupan en actos sexuales fuera de la procreación, aunque raramente podemos ver esto. En fin de cuentas ellos son animales sin un poder racional, pues nuestro razonamiento nos dicta que nuestra preocupación sexual y los resultados que normalmente observamos de la misma, es anormal.
A pesar de que se pueda sentir lo suficientemente natural para nosotros, tales sentimientos pueden ser grandemente incentivados por influencia externa.

A pesar de que la filosofía Freudiana intentó dar una explicación no mecánica de la demanda sexual, su explicación burdamente negligencia ciertas consideraciones físicas.
Si examinamos varias causas físicas para el deseo sexual, encontraremos una manera natural de disminuir la actividad burda sexual. Por ejemplo, existe considerable evidencia para sustentar la idea de que la dieta influencia el deseo sexual.
La dieta que las personas normalmente mantienen es determinada por las demandas de la fastidiosa lengua, más que de la nutrición.

Isaac Newton hace la siguiente declaración: “Aquellos que nunca han notado en sí mismos los efectos de la mayoría de los estimulantes tales como el alcohol, café, huevos, ciertas especies y el exceso de comida animal, no pueden con mucha justicia culpar a la naturaleza por la exuberancia de sus deseos sexuales”.

Algunas civilizaciones del pasado tales como gnósticos, practicaron el celibato con el propósito de alcanzar una salud exitosa, todos ellos mantenían una dieta vegetariana. Por ejemplo, Pitágoras, Platón, Aristóteles, Tolstoi, Teresa de Calcuta, Gandhi y otros, promovieron la práctica de brahmacarya acompañándola con una dieta vegetariana; su objetivo no solamente era alcanzar una óptima salud, sino también obtener visión espiritual.

De todos los tipos de carne, la de la vaca es el afrodisíaco más potente, junto con los huevos y el pescado, los que producen un efecto similar de excitación sexual.
Claro, esto es completamente ajeno a la dieta de un devoto, pero de todos modos es un conocimiento importante, el cual nos anima a ser más cautelosos en nuestras ofrendas y consecuente alimentación, esforzándonos por evitar todos los productos que contengan restos animales.
Cuando los testículos están llenos de esperma estimulan a los centros sensoriales sexuales; el esperma básicamente está formado por núcleos de proteínas. Cuando las comidas ricas en proteínas son absorbidas en la dieta influyen al esperma para que cause excitación sexual.
Es posible que las personas acostumbradas a una alimentación recargada en proteínas no identifiquen fácilmente el surgimiento de los impulsos sexuales provenientes de la dieta, pero si ellos hacen un cambio en su dieta, así sea por un corto tiempo, ellos podrán notar que sus deseos sexuales disminuyen. Obviamente toda modificación en la dieta debe ser guiada por un profesional en la materia para evitar desequilibrios nutricionales innecesarios.
Una dieta alta en proteínas es también alta en ácido úrico. El ácido úrico causa una inflamación en las membranas mucosas genitales, las cuales son el lugar de asiento de la sensibilidad sexual. Para las mujeres este tipo de dieta causa una inflamación en las membranas mucosas uterinas y tiende a promover la aparición de la eucorrea y una menstruación en aumento.

Los estimulantes tales como el té, la cafeína, el chocolate y muchos otros, los cuales en muchos casos pasan desapercibidos en la dieta de un devoto, tienen una gran influencia en la sangre; y la sangre intoxicada a causa de estos estimulantes junto a los efectos tóxicos de una comida que muy difícilmente se puede digerir, ya sea por la mala combinación o por el exceso, irritan el sistema nervioso, especialmente a los más delicados nervios que gobiernan el sistema reproductor .

El adoptar una estricta dieta vegetariana y el utilizar alimentos alcalinos, más que alimentos productores de diferentes tipos de ácidos, contrarrestarán la formación de ácido úrico y reducirán las inclinaciones sexuales.
El secreto para ayudar al control sexual en los hombres, es mantener la sangre y la orina en el mayor estado alcalino posible, de manera que no se irriten los centros sexuales.
La alimentación basada en una dieta baja en proteínas puede ayudar a la práctica de brahmacarya y para esto es recomendado siempre las frutas y vegetales que contienen grandes cantidades de fibra y agua. Por ejemplo, las papas son muy alcalinas y entre los granos el arroz es el más bajo en contenido de ácido úrico.
En muchos casos notaremos que por el mero cambio de nuestra dieta, lo que parecía ser imposible se empieza a volver posible de alcanzar.

Además de mejorar nuestra salud y calidad de vida, la práctica de brahmacarya también puede verse como una solución a la mayor cantidad de los dilemas o problemas sociales que amenazan a la humanidad, pues un estilo de vida como la brahmacarya también entrega un crecimiento intelectual y contribuye directamente en el desarrollo espiritual, sin el cual la verdadera brahmacarya no es posible.

martes, 19 de mayo de 2009

Conservación de la energía vital.


Con el desarrollo de la energía sexual en la juventud llega la madurez, la cual significa un desarrollo físico. Las teorías psico-sexuales modernas en occidente consideran sólo el cuerpo físico, sin embargo, ese análisis está lleno de carencias, por no tomar en cuenta el cuerpo sutil o la conciencia. Por ejemplo, este modelo sugiere que una descarga periódica de semen es necesaria luego de que uno alcanza la madurez. Al alcanzar la madurez, de acuerdo a esta propuesta, no hay más una necesidad interna de retener el semen. Sin embargo, ésta no es de ninguna manera la opinión unánime de la comunidad científica.

En la propuesta de los sabios del pasado, la cual considera realidades más elevadas, se presenta un uso alternativo para la energía sexual, pues la propuesta popular occidental se encuentra en la línea de un pensamiento donde no existe gran valorización del regalo divino, y donde tratamos de explotar los diferentes recursos para luego arrojar todo como si fuera basura.
La propuesta espiritual nos invita a un reciclaje de la energía sexual, la cual crea un mayor balance en la ecología del cuerpo, y el resultado de esto será una vitalidad en aumento, a nivel físico y psíquico. Los fluidos sexuales, cuando son retenidos, aumentan la vitalidad en todas partes del cuerpo. Por ejemplo, cualquier atleta masculino estará temeroso de tener una emisión nocturna la noche anterior del partido. Después de todo resulta razonable proponer que el semen, el cual es un instrumento para la reproducción de las células, sirva, cuando es retenido, para producir y generar vitalidad interna.

En una oportunidad, Mahatma Gandhi escribió: “El horror con el que la literatura antigua se dirigió a la pérdida innecesaria del fluido vital, el semen, no era una superstición nacida de la ignorancia, pues de seguro es algo criminal para un hombre el permitir que su posesión más preciosa sea arrojada por nada”.

Pitágoras, el padre fundador de la geometría, enseñó que existe una conexión directa entre el semen y el cerebro. Él advirtió que la pérdida de semen debilita el cerebro, mientras que su conservación sirve para nutrirlo.

En el libro “Secretos Taoístas del Amor”, se comenta: “Dado que una simple gota de semen es el hogar de semejante energía vital, la pérdida frecuente de este fluido, priva a los sistemas corporales de los más preciosos nutrientes y acelera el decaimiento físico e inevitable hacia la vejez. El retener esta semilla dentro del cuerpo es el primer paso para optimizar nuestra salud”.

Es aconsejable, tanto para hombres como para mujeres, el utilizar la energía sexual para nutrir las células del cerebro.
La lecitina es uno de los principales nutrientes del cerebro y de las membranas nerviosas, siendo además un componente esencial del semen. Más allá de contener lecitina, el semen es rico en calcio, fósforo, hierro, vitamina E, y hormonas. Con la pérdida del semen viene también la pérdida de la lecitina en la sangre y el cerebro, ya que para producir nuevo semen las glándulas tomarán la lecitina que se encuentra alojada en la sangre y el cerebro, privándolo a este último de su enriquecimiento y vitalidad.

La conservación del semen a través de la práctica de brahmacarya, contribuirá naturalmente en la nutrición del cerebro y proporcionará un progresivo aumento de la energía intelectual. El Dr. Brown Sechuer, quien fue conocido como el padre de la endocrinología, demostró a través de variados experimentos que la pérdida innecesaria de semen genera deficiencias en las glándulas reproductoras y disminuye la vitalidad general de los diferentes organismos, mientras que su conservación potencia tanto el desarrollo físico, como el psíquico y espiritual.