PRESENTACIÓN

Es una alegría para mi, el poder introducirles a ustedes las glorias del brahmacarya. Brahmacarya es la vida de un estudiante célibe que recién comienza a comprender cual es la responsabilidad de haber nacido en un cuerpo humano. Generalmente se asocia la practica de brahmacarya con la vivencia en Gurukula, la escuela del Guru, o la vivencia en un ashram, bajo los estrictos principios de la vida monástica. En sinopsis se puede decir que brahmacari o brahmacarini es un hombre o una mujer estrictamente célibe que usa su tiempo para servir a su maestro espiritual, para servir a los Vedas y a toda la humanidad. El concepto brahmacari también tiene otras aplicaciones prácticas, por ejemplo, se usa el termino grihasta brahmacari para aquellas parejas que usan la vida sexual única y exclusivamente para invitar hijos a sus familias y al mismo tiempo son muy dedicados al servicio de los ideales espirituales. Swami BA. Paramadvaiti

viernes, 10 de julio de 2009

El primer deber de un ser humano.



En los antiguos tratados filosóficos de la India, se explica que el control de los sentidos y de la mente es el primer deber ocupacional para quienes han recibido el regalo de Dios en la forma de un cuerpo humano. De no cumplir con él, la persona será arrastrada por los diferentes impulsos de sus sentidos a una gran variedad de circunstancias desfavorables, las cuáles a su vez generan una reacción kármica.
Hoy en día las personas que se encuentran buscando su satisfacción temporal y egoísta, llegan a utilizar muchos argumentos, e incluso muchas pseudo filosofías, para justificar el inapropiado uso de sus sentidos, pero ninguno de estos argumentos descansa sobre los valores superiores de la vida; por lo tanto, estos argumentos tampoco las pueden conducir hacia su felicidad superior y permanente.
Comprendiendo esto, es más fácil entender que sin un verdadero control de los sentidos y de la mente nunca podremos encontrar la paz interna, ni tampoco ser capaces de practicar una verdadera religiosidad, y mucho menos desarrollar un respeto genuino hacia el prójimo; por lo tanto, sin el control de los sentidos y de la mente, no podremos esperar una sociedad sana y pacífica.
La práctica de brahmacarya es el sendero por el cual toda la riqueza interna del ser humano puede ser despertada.

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