
A través de la historia los materialistas han escrito miles de libros acerca de la relación hombre-mujer, la cual es muy compleja, ya que por lo general al principio es como néctar pero al final es como veneno, pero aun así no han podido resolver este misterio que les inquietaba, pues ellos siempre han visto a la mujer como un objeto disfrutable y es por ello que no han podido entender el modo de una relación correcta.
En la cultura védica se enseña que todo hombre debe ver a toda mujer como si fuera su propia madre, exceptuando desde ya a la esposa de uno en el caso de las personas casadas, y de este modo, a través de un profundo respeto, se podrán establecer bases con mayor sinceridad de relacionamiento social.
Así de este modo, todas las escrituras recomiendan que el brahmacari vea a toda mujer como si fuera su propia madre, aunque algunas de ellas, debido a la carencia espiritual, no se comporten de este modo.
Srila Prabhupada, en una conversación en Seatle en 1968 dirigiéndose a sus discípulos masculinos les dijo, “Las mujeres no deben ser tratadas como inferiores, a veces, por supuesto, decimos que la mujer es la causa de la esclavitud para el hombre, pero esto no debe ser agravado. Debemos tratar muy bien a las mujeres que llegan. Después de todo, cualquiera que llegue a la conciencia de Krishna, sea hombre o mujer, es muy afortunado”.
El brahmacari debe esforzarse por establecerse en la modalidad de la bondad, ya que en la modalidad de la bondad se desarrolla el conocimiento y la renunciación, y de esta manera podrá obtener una mayor facilidad para mantener la visión correcta y así proteger su práctica de brahmacarya.
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